La noche de las feas.
Esa noche llegamos varios amigos y amigas a un bar, nos compramos una cerveza cada quien y se suponía eso iba a ser todo, pero a la primera cerveza que se acabó le siguió otra y otra y así hasta que mejor nos fuimos a casa de Cristian.
En el camino vi varios espectaculares donde aparecía la cara sonriente de Penélope Cruz, y al ver el tercero le dije a Edgar:
—Esta vieja me está siguiendo.
—¿Quién?
—Penélope Cruz.
—Estas estúpido. Me está siguiendo a mí.
Reímos un poco mientras yo recordaba que era miércoles.
—Ah no mames, mañana tengo que ir a Guadalajara.
—¿A qué hora?
—A las seis de la mañana, va a pasar mi jefe por mí.
—No creo que esto dure tanto, pero si dura yo te llevo a esa hora.
Entonces confié en Edgar y seguimos con la fiesta. Una cumbia y ya estábamos bailando todos, después vino el rock en español y le comenté a Edgar:
—Oye pero todas las chavas están bien feítas.
—Hay que tomar embellecedor de mujeres.
—¿Qué es eso?
—Cerveza, pendejo.
Revisé mi celular. Tenía varias llamadas perdidas, todas eran de mi jefe. Le hablé mientras todos gritaban eh eh eh eh.
—¿Qué paso, estas en una fiesta?
—(Eh eh eh eh) Sí, pero ya casi me voy, no te preocupes (eh eh eh eh) mañana paso a tu casa a las hora seis (eh eh eh eh).
Corté la llamada y seguimos eh eh eh, otro rato de cumbia y todos bailando, después empezaron las canciones de Paquita la del Barrio y Juanga. Las mujeres cantaban mientras nosotros platicábamos.
—Ya le di de besos a esa vieja —nos dijo Cristian.
Edgar y yo volteamos a verla y nos chillaron los ojos, estaba Fea con F de Foco Fundido.
—Estás loco manito, eso es contra la moral —le dije.
—¿Qué?
—Andar haciendo esos favorcitos.
—Estoy haciendo puntos.
—¿Puntos para qué?
—Para cogerme a Milla Jovovich.
—No mames.
—¿Qué no le dijiste Edgar?
—Edgar negó con la cabeza—.
Son puntos Kárnicos, si tú te coges a una vieja más guapa que tú, te quita puntos y ella se los lleva y luego los cambia para cogerse a Brad Pitt o a Luis Miguel o a quien quiera. Yo besé a esa vieja y seguramente ahorita me la cojo para llegar con Milla Jovovich y cambiar mis puntos con ella.
—Ajá.
—No me crees cabrón.
—Ya estás pedo, carnal.
—Mira pendejo
—y llamó a todos.
Le empezó a preguntar a cada uno a quién se habían cogido, la lista es la siguiente: un güey se había cogido a Catalina Sandino, otro a Angie Cepeda, otro a Scarlett Johansson, otro a Natalie Portman. La lista siguió. Todos se habían cogido a muchas feas para después cogerse a una estrella de cine o cantante, porque en la lista también aparecieron Shakira y Madonna.
—Yo me cogí a Ana Claudia Talancón —dijo uno.
—Bueno a esa vieja cualquiera —comentó Edgar.
—Yo me cogí a Martha Higareda —dijo el más feo de todos.
—¿Y cómo fue eso? —le pregunté.
—Bueno en realidad ella fue la que me cogió a mí, yo iba caminando en la calle, Martha pasó en un carrazo y me invitó a subir, después me enteré que lo hizo porque le hacían falta muchos puntos para cogerse a Keanu Reeves. El problema es que me quitó todos mis puntos, yo los quería cambiar con Ivonne Montero y para conseguir alguien lo suficientemente fea para que me de puntos está cabrón —dijo con una amargura que casi me hace reír.
—Por eso en esta fiesta hay puras chavas feas —remató Cristian.
—Eso explica muchas cosas —le dije— nunca te he conocido una chava bonita, a quién te has cogido—.
Yo le he sido fiel a Milla Jovovich con quien ya he estado tres veces.Y me enseñó una foto donde estaba abrazándola en Kiev, Ucrania.
Me sentí timado, muchas veces salí con chavas más guapas. Creía que salían conmigo por mi verbo, o tal vez por mi personalidad, las muy culeras me estaban quitando los puntos. Edgar parecía leer mi mente porque dijo:
—Yo creo que este güey tiene un déficit de puntos de no-mames, déjale a la Culpa.
La Culpa nadie se la quiere echar y era toda mía por querer lo inalcanzable.
Empecé a bailar con Ángela (así se llamaba la Culpa), después de cuatro canciones y cinco cervezas, yo la veía igual, las embellecedoras ya no podían hacer nada por mí y menos por ella.
—Ya no te hagas pendejo —me dijo Cristian.
Cerré los ojos y la besé, intentaba pensar en algo lindo, en Penélope Cruz sonriendo, me olvidé de la Culpa y me excité, sentí una erección y la empecé a acariciar e intenté llevarla a un cuarto. Ella se apartó de mí y me dio una patada en los huevos, yo me revolcaba sin saber por qué me pegaba, hasta que dijo:
—Me quieres quitar todos los puntos, te vas a la verga.
Antes de desmayarme iba a decirle que además de fea era una culera. Sólo alcancé a escuchar que Cristian me decía:
—Discúlpame manito, ella sabía lo de los puntos. Esa noche nadie cogió según me dijeron. Yo me desperté hasta las diez de la mañana. Así fue como me quedé sin ir a Guadalajara, sin mis puntos cárnicos y sin Penélope Cruz.
Por. José Manuel Ríos Guerra.
2 comentarios:
hahaha
chale! necesito hartos puntos...grrrr
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